Tras la repentina muerte del padre de familia, el hijo
primogénito recibe la mansión de burdeos como herencia y decide trasladarse a
esta, debido a que a su consentida novia le parece un increíble lugar donde
practicar ballet. La ubicación en la que se encuentra hace al usuario partícipe
de la visión de la naturaleza y la ciudad de burdeos, en su lejanía, y a la
joven promesa del ballet le parece un escenario único e inigualable.
Dado que la casa ha perdido su sentido principal de lugar
complejo, la definición de un mundo para una persona minusválida y que parece
un lugar vacío en su complejidad sin el cabeza de familia, el nuevo dueño de la
casa decide darle un nuevo sentido a la vivienda, aportando un giro de 180 grados
a la historia de la casa, la pone del revés. La casa destinada a facilitar la
cotidianidad de los movimientos de una persona sin movilidad deberá convertirse
en una casa donde la cotidianidad será el baile y la vida en ella sea lo más
fluida posible.
Un lugar diseñado para ayudar en su vida diaria una persona
sin movilidad, hace las cosas demasiado lentas para una persona dinámica y
grácil, incluso sencillas.
Se aprovecharán los recorridos y las acciones cotidianas
preestablecidas por la persona con minusvalía para rediseñar el espacio en
función de recorridos fluidos y gráciles, además de la espacialidad de la casa
y ciertos elementos representativos como la fragilidad del cable que sustenta
la casa, la puerta giratoria, o la plataforma elevadora. Convirtiendo así
actividades cotidianas como cocinar, poner la mesa, buscar un libro, o
vestirse, en una dinámica coreografía de pasos de ballet.
El acceso a la vivienda da la entrada a este gran escenario
de la vida cotidiana. La puerta giratoria contiene en la cara interior dos aros
a modo de rueda alemana, sobre la que la bailarina podrá comenzar con el giro y
la acrobacia, estiramiento y equilibrio. Esta rueda se mantendrá sobre el
soporte, unida mediante un eje cilíndrico situado en el perímetro del aro
inscrito en el hueco de entrada. El soporte contará con un eje vertical en su
centro que permitirá mantener la función de puerta del conjunto.
El cable estructural de la casa genera una visión aún más
frágil debido a la larga tela que lo envuelve. La casa parece sujetarse por
esta ligera tela, que ondea con el viento y se mueve al movimiento de la
bailarina y sus acrobacias sobre ella.
Una acción tan cuotidiana como cocinar se convierte en un
recorrido destinado a la fluidez y al ritmo del baile. Esto es posible haciendo
un cambio en los elementos móviles recogidos de la cocina hacia unos más dinámicos
que propician los movimientos fluidos del baile. Al mismo tiempo que se cocina
una receta paso a paso se produce un una progresión en el baile para alcanzar
una posición compleja final.
El salón de la planta baja,
un lugar amplio y versátil, donde el mobiliario no tiene su posición
preestablecida. Aprovechando esta libertad de disposiciones y movimientos por
dicho espacio se propicia a realizar una coreografía de movimientos amplios.
Los muebles sin orden aparente, se mimetizan con el baile. Sillas superpuestas,
sirven para realizar saltos y coger utensilios de los muebles situados en el
techo. Una mesa plegable que se monta a partir de los giros de la bailarina.
Son los movimientos que puede realizar
la bailarina en esta zona.
El elegir un libro en la gran estantería del hueco de la
plataforma se vuelve también una expresión del baile. Cada movimiento
sobre esta zona se genera por pequeñas
superficies dentro de la plataforma, que se elevan mediante pistones, y ayudan
a la bailarina a elegir y coger el libro que desea, a mayor velocidad de la que
lo haría si se situara únicamente en la plataforma en movimiento, y la obligan
a tu vez a moverse de una forma determinada, ya sea en la punta de los pies,
equilibrio en un solo pie, o agacharse. Se genera así una coreografía que
termina al seleccionar el libro y leer.
En cuanto a la zona de la primera planta, el espacio más
privado de la vivienda, se trata de un espacio abierto donde el espacio esta
encadenado al otro y se establecen recorridos predeterminados. Por ello
rompemos este orden para crear un pasillo dinámico que separa la habitación del
baño, dicho pasillo son armarios con puerta correderas de espejo movibles en
ambos lados que crean un espacio que deforma la realidad y a la vez crea una
especie de laberinto que ayuda a generar el movimiento de la bailarina que
podría despertar para ensayar allí sus movimientos con precisión.
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