jueves, 9 de enero de 2014

MANIFIESTOS G3

Alicia Valdivia Alexeeva
Andrea Olivares López
Tatiana Martínez Soto
Miriam García Garrido
Ana García García

MANIFIESTOS G8

Ester Ramón López
Jorge Arques Carbonell
Esperanza Jurado
Jose Alberto Esteve Requena
Davide Rando

MANIFIESTOS G7

Alejandra Miralles
 
Alberto Ortega García
 Mª Elena Carrión Molina
Enrico Ugolini
 María Gonzalez Carrasco

Sergio Limiñana Vera

MANIFIESTOS G6

Diego Jesús García López Eglė Jurgaitytė Belén Aguilar Paul Díaz Boix
Francisco Javier Díaz Martínez

MANIFIESTOS G5

Cecilia Pérez
Cristina González López
Emilio López Fernández
Brigette Marín Ramírez
Begoña López Zamora

MANIFESTES G4

Selene Carmona Mateos
Mari Ángeles Aracil Lain
Rosa Gómez Mauri
Rosa Pérez Sepulcre
Alejandra Vallejo

MANIFIESTOS G2

Borja Herrero Pérez

Mateo Bernabeu Carbonell
Esther Jorquera Ruiz
Rebecca Guilabert Martínez

MANIFIESTOS G1

Santiago Martínez Martínez
Eva Martín Ripoll

Ana Santos Mas
  
Luca Pereiro Macías
CarlosValls Arques

jueves, 2 de enero de 2014

6. G2 FIN DE LA HISTORIA

 A lo largo de casi 20 años, el hijo de Miranda dos Santos, Carlos dos Santos, ha logrado acumular en la vivienda una gran cantidad de muebles diseñados por el propio arquitecto de la casa.

 Durante todo este tiempo, Carlos ha formado una familia, compuesta por su mujer Daniela y tres niños en edad de hacer muchas travesuras. Este crecimiento de la unidad familiar pone en peligro los muebles que con tanto cuidado y amor ha cuidado Carlos durante toda su vida. A todo esto se suma el deseo de su esposa de re-amueblar la casa con unos nuevos muebles que poder usar, harta del ‘mirar y no tocar’ que regía en la casa con respecto a la conservada colección Siza.
 Ante esta de situación, el matrimonio llegó al acuerdo de que la mejor solución sería poner a resguardo toda la colección y sustituirla por otros muebles nuevos, pese a la reticencia de Carlos. Sin embargo, Daniela reconoció que mantener en la oscuridad tal repertorio de muebles diseñados por un tan reconocido arquitecto sería un delito, por lo que llegó a un nuevo acuerdo con su marido: además de conservarlos serían expuestos en su propia vivienda. Todo el mobiliario de colección diseñado por Siza sería mostrado al público, adaptando su vivienda para ello, y creando un nuevo  concepto: la casa-catálogo, un registro de la evolución del arquitecto y de sus diseños.

 Con la nueva remodelación de la vivienda, dos conceptos de espacio van a convivir bajo el mismo techo: uno, de espacio privado, pues la vivienda sigue dando cobijo a las necesidades cotidianas de la familia, y otro, de espacio público, por los visitantes que recibe por motivo de la exposición de mobiliario.
 Para hacer posible esta coexistencia de ideas, la exhibición de los diseños debe ocupar el mínimo espacio posible. Para ello, a lo largo de la planta baja se vacían  los elementos más macizos (pilares, escaleras, suelo y muros) para insertar en ellos los diferentes objetos de diseño, como si de vitrinas de exposición se tratase. De esta forma, este mobiliario es ‘extraíble’ de esos huecos cuando la vivienda está abierta al público, y se guarda cuando ha de cumplir su función de hogar.

Estos huecos creados en los elementos macizos se protegen con grandes vidrios que nos permiten apreciar esas obras de arte a la perfección, e incluso, pisar sobre ellas.

Vitrina expositora de sillas





Escalera biblioteca



Expositor en la peana